Como traductora en un tiempo en que la tecnología está en constante evolución, sería fácil pensar que la industria también evoluciona y cambia constantemente. Sin embargo, eso te haría sentir la presión de encontrar una industria más estática. Todavía usamos diccionarios, pero esos diccionarios han pasado de estar en estanterías repletas a convertirse en bases de datos o aplicaciones en línea. Aún traducimos sin programas inteligentes, pero en lugar de hojas en blanco, tenemos documentos de Word vacíos. Y, además, contamos con la que posiblemente sea la mayor ventaja del mundo tecnológico de la traducción moderna: las herramientas de traducción asistida. Históricamente, estas herramientas se dividieron entre los tres grandes de la tecnología, y como era común en su momento, eran aplicaciones de escritorio pensadas solo para un tipo de sistema operativo. En concreto, fueron pensadas para Windows, así que, si tenías una Mac, mala suerte.