Originalmente publicado en LinkedIn por Greg Rosner.
Vi la frase «trabajo de conserje lingüístico» en este libro blanco de Deloitte en «AI-augmented government, using cognitive technologies to redesign public sector work» (Gobierno aumentado por la IA, uso de las tecnologías cognitivas para rediseñar el trabajo del sector público). Esa frase se usó para describir el lamentable trabajo de traducción que se le pide a tantos traductores hoy con la posedición de la traducción automática. Y, de repente, me di cuenta de lo que está sucediendo en realidad.
La triste realidad en los últimos años es que muchos traductores profesionales, con décadas de experiencia en un sector específico, en la traducción profesional y con títulos universitarios, han visto su trabajo reducido a la limpieza oración por oración de las traducciones con las que Google Translate, u otro sistema de traducción automática (TA), han inundado el mercado.
El libro blanco de Deloitte afirma que el trabajo del traductor es un ejemplo de cómo la IA ayudará a automatizar las tareas y, para ello, propone diferentes enfoques: aliviar el trabajo, dividirlo, reemplazarlo y mejorarlo.
«LOS CUATRO ENFOQUES APLICADOS A LA TRADUCCIÓN
«[…] El enfoque de aliviar el trabajo implica automatizar el trabajo de menor valor y poco interesante, y reasignar a los traductores profesionales el material más difícil y con estándares de calidad más altos, como los textos de marketing. En cuanto a la división del trabajo, la traducción automática puede usarse para hacer gran parte del trabajo (de forma imperfecta, dado el estado actual de la traducción automática) y que los traductores profesionales después editen el texto producido; a esto se le llama posedición. Sin embargo, muchos traductores profesionales ven a la posedición como un «trabajo de conserje lingüístico» y creen que demerita sus conocimientos. En el enfoque de reemplazo, se elimina todo el trabajo que un traductor hacía, como la traducción de manuales técnicos, junto con el puesto de trabajo del traductor. Y, por último, con el enfoque de mejorar, los traductores usan las herramientas de traducción automática para facilitar algunas de sus tareas, como la sugerencia de varias opciones para una frase, pero conservan la libertad de elegir. Esto mejora la productividad y la calidad, al mismo tiempo que deja el control del proceso creativo y la responsabilidad de las decisiones estéticas en manos del traductor».
Muchos traductores detestan la tecnología de la traducción porque los ha convertido en meros gramáticos y ha restado valor a su enorme comprensión cultural, sus conocimientos lingüísticos y la experiencia en un sector que pueden ofrecer a las organizaciones que quieren conectarse con clientes globales.
La posedición de lo producido por las máquinas ha sido un proceso usado desde los años sesenta, cuando los traductores profesionales limpiaban las deficientes traducciones del sistema. Lamentablemente, esto sigue pasando hoy en gran medida, a pesar de los sistemas adaptativos disponibles. Pero hablaré más de por qué sucede en mi próximo blog.
El problema más grande de poseditar la traducción automática es tener que hacer las mismas correcciones una y otra vez, ya que no hay un mecanismo de retroalimentación cuando los traductores hacen un cambio. Esto es cierto en la producción de todos los sistemas de traducción automática de hoy, incluidos Google Translate y Microsoft Translator. El entrenamiento de los motores de traducción automática para un área específica exige muchísimo tiempo y cuesta mucho dinero, razón por la cual solo sucede una o dos veces al año. Este esfuerzo da lugar a un sistema estático que inevitablemente tendrá que entrenarse de nuevo para crear otro sistema estático.
La traducción automática adaptativa es una nueva categoría de software de IA que aprende todo el tiempo. El entrenamiento que recibe ocurre cuando el traductor está trabajando, por lo que nunca es necesario volver a entrenar el sistema. Esta actividad de traducción colaborativa promete ser la revolución más grande en el sector de la traducción de idiomas desde que apareció la tecnología de memorias de traducción (coincidencia estadística de oraciones) en los años ochenta.
(Ejemplo de la interfaz de traducción automática adaptativa de Lilt que trabaja en colaboración con el traductor oración por oración).
Hay un enorme valor no aprovechado que un traductor profesional puede aportar a una organización gracias al modelo de traducción automática adaptativa, en lugar de un modelo de posedición. Dado que un traductor es un lingüista nativo, familiarizado con el país y las costumbres del mercado de destino, puede aportar el ingenio y la comprensión durante todo el proceso de localización. Además, con el tiempo, su conocimiento de un producto y servicio lo convertirá en un elemento más valioso para la localización de contenido que un mero gramático del idioma.
Al igual que otras áreas, la IA ayudará a eliminar de nuestros trabajos las tareas que se puedan replicar o hacer más eficientes. Es triste que el modo de uso actual de la tecnología de traducción con la que hemos estado trabajando tanto tiempo haya puesto a los traductores profesionales a limpiar el lío que hace una máquina. Parece que debería ser al revés (es decir, Grammarly). Quiero ser optimista y pensar que la IA nos ayudará a convertirnos en mejores traductores y dedicar más tiempo a ser creativos, tener relaciones más conectadas y ser más humanos.
«Garry Kasparov, el gran maestro del ajedrez, habló por primera vez de las partidas en las que participarían los humanos y las máquinas, en las que la IA complementaría a los jugadores humanos de ajedrez en lugar de competir contra ellos. Centaur, el cíborg humano y de IA que Kasparov promocionó, escuchará los movimientos sugeridos por la IA, pero a veces los ignorará, de una forma muy parecida a cómo usamos el GPS. Hoy en día, el mejor jugador de ajedrez es un Centaur. Se hacen llamar Intagrand, un equipo de varios humanos y varios programas de ajedrez diferentes. La IA puede ayudar a los humanos a convertirse en mejores jugadores de ajedrez, mejores pilotos, mejores médicos, mejores jueces y mejores maestros».
Kevin Kelly, The Inevitable, Understanding the 12 technological forces which will shape our future