Ojos que no ven, corazón que no siente.
Excepto cuando se trata de la traducción. Lo que no ves o sabes de tu contenido traducido podría ser una gran carga para tu marca. Esto es especialmente cierto para los idiomas que nadie en tu equipo habla. ¿Cómo sabes si la traducción es buena? Hay muchas incertidumbres implicadas, como:
- ¿Qué pasa si hay imperfecciones o errores tipográficos?
- ¿Qué pasa si la traducción no respeta la voz de la marca?
- ¿Qué pasa si en la traducción hay un error que resulta ofensivo?
Si dejas tu contenido librado a unas respuestas inciertas, la reputación de tu marca y tu estrategia de contenido podrían estar en riesgo. Para garantizar la calidad, tendrás que contratar a un profesional para que revise tus traducciones.
Sin embargo, las revisiones de traducciones no tienen buena reputación. Eso se debe a que las marcas generalmente no siguen las mejores prácticas para revisar el contenido traducido. A su vez, esto da lugar a una revisión precipitada, estrés adicional para tu equipo de contenido y un infinito ciclo de correcciones sin sentido.
Revisar tu contenido traducido debería ser una parte sencilla de tu estrategia de localización. Para ayudarte, hemos recopilado las mejores prácticas para la revisión de traducciones, así tu empresa podrá garantizar estándares de calidad sin los habituales dolores de cabeza.
El primer paso para preparar a tus traductores y revisores para el éxito es evitar lo siguiente:
Quizás tengas a mano compañeros de trabajo que hablen el idioma. Imaginas que pedirles que traduzcan o revisen el contenido reducirá tu presupuesto y te ahorrará tiempo. Piénsalo de nuevo. A menos que tu compañero de trabajo sea un lingüista profesional, no tendrá las habilidades necesarias para traducir o revisar. De hecho, podría ralentizar el proceso con decisiones quisquillosas que en última instancia no contribuyen a una mejor traducción.
Además, los revisores que no son lingüistas profesionales podrían no entender cómo separar las decisiones subjetivas de los indicadores clave de precisión y claridad. En última instancia, esto conduce a idas y vueltas improductivas entre el traductor y el revisor.
¿Realmente necesitas esa traducción para mañana? La calidad y el tiempo de la traducción suelen seguir una escala descendente. Reduce el tiempo de tu traductor y no podrá pensar cuidadosamente las opciones lingüísticas. Al darle al traductor mucho tiempo, tu equipo estará mucho más feliz con los resultados.
Cada marca debe tener una guía de estilo de escritura, así como un glosario dinámico. Si no los tienes, tómate el tiempo para crearlos. Tu traductor podría pasar por alto la voz de la marca si no tiene pautas claras sobre lo que define esa voz. De igual modo, los glosarios son muy útiles para que el vocabulario sea congruente entre las diferentes traducciones y los distintos idiomas.
Los traductores no deberían trabajar de manera aislada. Asegúrate de que haya una comunicación abierta entre tu traductor y el equipo de contenido. Darles feedback desde el principio y colaborar en las mejoras puede garantizar que la traducción esté bien encaminada.
Tu revisor debería controlar estos indicadores clave de una traducción de alta calidad, entre ellos:
- Gramática y puntuación correctas, sin errores tipográficos ni de ortografía
- Traducción precisa que captura el sentido del mensaje
- Lectura fluida y natural (elección de palabras, estructura de oraciones, etc.)
- Sintonía con la voz de la marca (tono, estilo, congruencia, etc.)
- Adecuación con el contexto del mensaje (web, informe, folleto de marketing, etc.)
- Respeto por las normas lingüísticas y culturales de la región
- Precisión en la terminología de la industria
- Formato adecuado
Puede parecer mucho, pero los traductores profesionales saben cómo alcanzar estos estándares de cualidades. De hecho, puedes enviar a tu traductor esta lista de control de calidad para verificar que esté teniendo en cuenta estos indicadores.
Con frecuencia las revisiones de traducciones terminan centrándose en los aspectos equivocados. La traducción es subjetiva, al igual que la escritura es subjetiva. Tu revisor debe evitar enredarse con opciones que son una cuestión de preferencia. Por ejemplo:
La «corrección» subjetiva de vocabulario puede ser problemática. A menos que la palabra tenga que cambiarse debido a su adecuación a la industria o por razones de claridad, el revisor debe evitar meterse en cuestiones de preferencia.
Un revisor no debe reescribir secciones completas para cambiar el estilo de la escritura. Si la voz de la marca requiere un cierto tono o estilo, tu traductor debe saber esto con antelación gracias a tus pautas de estilo. Los revisores deben evitar reescribir solo «para que suene mejor» según su opinión.
Si un revisor realiza modificaciones subjetivas significativas, esto puede ralentizar el proceso y frustrar a tu equipo de localización. En definitiva, algunas sugerencias subjetivas del revisor pueden estar bien, pero el foco principal debe estar en los indicadores clave mencionados anteriormente.
Nota importante: Recuerda que la revisión profesional es bastante diferente a la revisión interna. Cuando tu equipo proporcione comentarios de traducción internos, asegúrate de seguir estos consejos para una colaboración constructiva.
Por alguna razón, revisar el contenido traducido no es algo que suele estar incluido en las estrategias de localización de una empresa, pero debería estarlo. Asegúrate de que la revisión profesional de las traducciones sea un paso establecido y concede a los traductores y revisores el tiempo suficiente para que hagan bien su trabajo.
Tu estrategia de localización es tu ruta hacia la ampliación exitosa de tu marca. ¿Ya definiste la tuya?